viernes, 28 de marzo de 2014

Capítulo 11

La noche comenzó a caer y nosotros casi éramos ignorantes de ese dato.
- Buah tio, ¡Son las 7 de la tarde todavía! - Jared puso cara de desilusión, supongo que el mini-concierto en su mente duró más de los 10 minutos que realmente duró.
- Es temprano para volver, ¿verdad? - Matt giró su cara hacia mí esperando una respuesta.
- Sí, supongo, ¿No? Podríamos ir a tomar algo. - Propuse. Todos comenzaron a revolotear con opiniones hasta que llegó la más adecuada
- ¿Vamos a tomarnos unos chupitos mientras echamos una partida a algo? - Añadió Matt 
- Vamos al Blooms Day que tienen billar, futbolín y diana.
- Os daré la paliza de vuestra vida - Matt comenzó a reír

Entramos en el coche de Jared, otra vez, y pusimos rumbo al Pub Blooms Day. Tardamos unos 5 minutos en llegar, pero era tal la cantidad de coches que había en esa calle que no encontramos aparcamiento hasta 10 minutos después. Tuvimos que dejar el coche a unos 500 metros del local e ir andando. Jaén en obras era un asco, todos los jiennenses lo sabían, y todas las personas que llegaban a esa provincia sin saber nada, lo sufrían.

Entramos en el Pub. Había música de Rock alternativo, en ese instante supe por qué fuimos a ese Pub y no a otro.
El billar estaba libre. Pedimos los tacos para jugar y una ronda de Chupitos de tequila. Sí, queríamos pillar el punto rápido. Nos dieron los tacos y las tizas y nos dirigimos a nuestra mesa de billar, donde lo más seguro es que pasaramos las horas muertas perdiendo la noción de todo.
Antes de comenzar la camarera con un profundo escote que dejaba poco a la imaginación trajo los chupitos con limón y sal, insinuante a Matt, él la miraba devolviéndole la insinuación. Todos comenzaron a reír cuando ella finalmente se marchó contoneando sus caderas y girando levemente la cara para observar si él le seguía con la mirada.
- Tomemos primero esta sabrosa poción y después comenzamos la partida
Comenzamos la tradición de echar sal en la palma de la mano, chuparla, tomar el tequila y rápidamente morder el limón
Todos hacíamos guiños entre el ardor de la garganta y el ácido del limón y terminamos riendo por haber visto las caras de los demás mientras los grados de alcohol se hacían notar tras unas tres rondas más.



Después de varias partidas en las que el equipo de Matt siempre ganaba, Liam se ofreció a llevarme a casa andando ya que quería hablarme de algo muy importante.
Nos despedimos de Matt, que miraba a Liam con desconcierto y Jared e iniciamos nuestro camino a la calle Alonso Quijano, donde Liam debía despedirse de mí.
Caminamos a través del parque, invadidos de parejas por las aceras sin importar que fuesen las tantas de la madrugada, las cuales cortaban el paso y creaban cierto ambiente de incomodidad.
Liam, ese chico rubio de rasgos ingleses, me miraba a través de sus pequeños ojos azules agua. Me temía lo que iba a ocurrir esa noche, lo sabía desde el momento en el que salimos del Blooms Day y comenzó a mirarme de arriba a abajo . Deseaba que en el lugar de Liam estuviese el chico de ojos grises... Matt. Seguro que me sentiría mejor...
- Esto.... bueno Liam, ¿Qué querías contarme?
Liam agachó la cabeza...
- Verás... esto...
Sabía todo lo que iba a hacer, él era muy predecible.. y con alcohol de por medio quizá incluso más de lo normal. Intentaría besarme y no una sola vez...  pretendía pasar la noche conmigo.
- Suéltalo, no te preocupes.
Como antes predije, Liam agarró mi cintura con una mano y comenzó a acariciar mi cara con la otra
- Helena, no sé si es por el ambiente de todas estas parejas pero... ahora mismo me gustaría besarte...- Y comenzó a acercarse lentamente.
- Liam, frena. Has bebido demasiado. - Mi cara mostraba asco... No quería sus labios.. quería los de Matt o los otros labios finos que había besado antes que los del Punk... Los de Igor.
- ¿Por qué? ¿Acaso hay algo que te frena a ti?  ¿novio?
- ¿Tengo que tener novio para rechazarte? - Contesté
- Venga, déjate llevar Helena. -Ese era mi problema, no sabía dejarme llevar en ningún momento, y aunque supiese, no iba a dejarme llevar por él.
- No, Liam, no me conoces ni yo a ti, no sabes cómo soy y en realidad no voy a ser así contigo.
- ¿Qué piensas que todos los chicos con los que te has besado te han querido solamente por tu forma de ser o por tu personalidad? ¿Porque te conocen muy bien? ¿Matt? ¡JÁ! No me hagas reír Helena. Déjame decirte algo, los chicos no solo piensan con el cerebro, también piensan a través de lo que ven. Si esa vista es de agrado para ellos, intentan quedársela, no se si me entiendes... Buscan una presa de su gusto e intentan conseguirla -Sonrió como signo de victoria...
-  Eres como el hombre de las Cavernas ahora mismo Líam. Déjame en paz. -Le separé de mí.
Las imágenes de los chicos que había querido aparecieron en mi mente... La mano de Igor pasando por debajo del sujetador... Otras veces insinuante sobre el botón del pantalón....
El único que no había tocado mi cuerpo era Matt.. pero comencé a creer que fue por falta de tiempo y no porque en realidad me apreciase....
En ese instante odiaba a los chicos... Todos parecían pensar en lo mismo... Sexo... Pechos... Muchas chicas... y si eran juntas, mejor... Sentía asco, repugnancia ante ellos.
Bajé la guardia... Los labios finos de Liam besaron los míos.
Como reacción ante su provocación le golpeé la cara con el puño apartándola definitivamente de mí, quería quitar sus sucias manos de mi cintura y mi cara. Volví a golpear con el puño su nariz y ésta comenzó a sangrar. No había marcha atrás, empecé a correr a través de las calles repletas de parejas felices agarradas de la cintura o de la mano.
- Asqueroso...

En la Avenida de los Olivares pasó un taxi con luz verde. Todavía estaba lejos del apartamento, así que alcé la mano y paró
- A la calle Alonso Quijano, por favor
- Como usted mande - Respondió el conductor. 

Llegué al portal, pagué 15€ y me bajé del taxi. Iba directa a la puerta de Matt con un objetivo.
Llamé al ascensor, no tenía ganas de perder el tiempo y el aliento subiendo escaleras.
Al estar frente a la puerta de Matt llamé al timbre
Eran las 2.30 de la noche y el timbre podría molestar a los vecinos, pero en ese instante no me importaba en absoluto.
Nadie abría la puerta pero me negaba a una derrota, demasiado fácil.
Llamé a su número de teléfono.
- Matt...  -
Sonó un tono, sonó el segundo tono... y antes de sonar el tercero, contestó
- ¿Helena?
- Matt, ¿Dónde estás?
- En casa de Jared, cerca del apartamento, ¿Por qué? ¿Pasa algo?
- ... Nada ... - Mi voz sonó frágil ante el auricular...
- ¿Helena? ¿Qué pasa?
- Llamad a Liam, tendrá que ir a un hospital.
- Pero He... - Colgué antes de que me preguntase otra vez.
Entré a casa y apoyada sobre la puerta, me deslicé hacia el suelo quedando sentada.


Pasada una hora sonó el timbre. Abrí la puerta y le ví.
Mis ojos se inundaron en lágrimas tan rápido que apenas pude ver su cara.
- Ya... ya... vaya gancho de derecha le has dado. Y ya le he dado yo otro cuando me explicó por qué estaba cubierto de sangre... -Rozó mis labios con sus dedos- Lo siento Helena...
-...
- Debí acompañarte yo a casa. Ahora por culpa mía estás asustada y además ese idiota te ha besado...
- Matt... 
- Dime Helena.
- ¿Tú piensas que soy guapa? - Miré su cara, parecía aturdido por la pregunta.
- ¿Qué clase de pregunta es esa? ¿A qué viene? Tiene trampa, ¿Verdad?
- Solo contesta...
- Sí, eres guapa... ¿Pero a qué viene?
- Me lo temía... Solo me quieres por mi cuerpo...
- ¡¿Cómo?! no, no, para, frena, corta... ¡¿QUÉ?!
- Los chicos solo pensáis con la punta del capullo.
Cerré la puerta en sus narices, en ese momento no quería hablar con nadie, todas las personas necesitaban algún tipo de contacto carnal y yo no, joder, siempre soy la rara en todo.
Me fui a mi cama, mi cabeza me dejó dormir sobre las 3 de la mañana.


Día siguiente. Desperté y miré mi móvil... 
En la pantalla aparecía "1 mensaje nuevo" de Matt... a las 04.30 de la mañana
Mathías... quizá me había pasado con él... quizá no, me había pasado con él seguro.
Lo abrí:
- Por favor Helena, déjame explicarte.


Supongo que se merecía una disculpa.. fue el calentón del momento por culpa de Líam.
Bajé al 24h en pijama (Una camiseta vieja y ancha y unos pantalones cortos) y compré 4 Donuts para desayunar


Llamé a su timbre
- Mathías Welth -
Y abrió. Nada más abrir comenzó a disculparse
- Matt, vengo en son de paz -Le enseñé los Donuts por encima de mi cabeza
Enmudeció.
- Déjame entrar -Sonreí infantilmente.


Llegamos a su salón y puse los Donuts encima de la mesa.
- Helena...
- Tranquilo, la que lo siente soy yo.
Cogí un donut llenándome los dedos de chocolate derretido
- Pero...
- Matt, de veras... está todo bien
- Pero no quiero que pienses que solo te quiero por tu cuerpo... ¿De verdad lo piensas?
No dije palabra, seguí dándole un bocado a mi Donut con chocolate derretido...
- ¿Y no crees que si así fuese ya te hubiese metido mano en todas las oportunidades que he tenido?
- ... Pero ...
- No Helena, podrás decir que Igor te ha querido por tu cuerpo, pero nunca digas eso de mí porque es mentira...
- Entonces...
- Me parece estúpido e injusto que pienses eso...
- Lo siento.... - Bajé mi tozuda cabeza 
- No - Matt levantó mi cabeza con su mano haciéndome mirarle directamente a los ojos - No permitiré que pienses eso de mí. 
- Pero seguro que si te doy la oportunidad, tocarías mi cuerpo.
- Por supuesto. - Contestó rápidamente - Pero hay una diferencia.
- ¿Cuál?
- Que si la idea de que te toque te desagrada aunque sea sólo un poco, no ni te rozaré.
Esa frase hizo que algo se encendiese en mí... de repente me dí cuenta de que quien tenía en frente era Matt...
Quería tocarlo, quería aprender a dejarme llevar con él, sólo con él..., quería acariciar su espalda dibujando eses mientras bajaba desde los hombros hasta la cintura y la idea de ello conjunto con sus palabras hacían de esta situación algo muy... ¿Sexy? Supongo que sí, era sexy... Matt siempre era así.
- Matt
- ¿Qué?
- Bésame
- ¿Segura?
Asentí.
Matt no me quería sólo por el hecho de ser mujer... me quería por ser yo misma.

Me abrazó la cintura y plantó un beso suavemente en mis labios... esa corriente eléctrica que provocaba su contacto me gustaba demasiado.
Correspondí a su beso con otro más intenso que le hizo jadear. 
Me mordió el labio con cierta tensión acumulada y metió su lengua en mi boca. La hice bailar con la mía.
Paró.
Siguió besando mi cuello, mordiendo mis clavículas. Esa sensación me tensaba la espalda.
Cogí su mano izquierda y la posé en el abultamiento de mi camiseta donde estaba mi pecho.
- Helena... Como empiece... será difícil parar.
- Ven, no pares. - Contesté buscando sus labios para obtener ese contacto que me llenaba de adrenalina.
Sus brazos me cogieron con tanta facilidad que pude contemplar su fuerza. Yo abracé su cuerpo con mis piernas. Me llevaba al dormitorio mientras nos besábamos enfermos de pasión. Su mano comenzó a deslizarse por debajo de mi camiseta.
- Me estorba. - Susurró sin dejar de rozar mis labios.
- Deshazte de ella.
Y así hizo, dejándome en sujetador. No perdió el tiempo y deslizó su mano por debajo, se notaba alrededor de mi pezón. Comenzó a buscar el broche... y lo encontró. Sonrió y desabrochó el sujetador dejando mi pecho visible. 
- Eres preciosa... - Me recostó en su cama todavía deshecha. Él seguía encima, poderoso por tenerme entre su cuerpo.
- Matt... - El éxtasis me hacía no pensar en nada hasta que Matt volvió, besando mi pezón derecho. Mientras besaba uno, pellizcaba el otro.
Gemí, Gemí mucho más de lo que antes había gemido sola.
-M...MATT - Arqueaba mi espalda con una mano, con la otra pellizcaba uno de mis pezones y sus caderas bailaban ante mí insinuantes todavía con toda la ropa puesta.
El mero hecho de que todo esto estuviese sucediendo porque ayer me besó uno de sus amigos me hacía pensar si Matt se sentía amenazado por Liam... ¿Pensaría que me iba a perder y por eso estaba tan... ansioso de mí? 
Y de pronto... Clack.
La imagen de Igor apareció en mi mente.
Y cortó todo el éxtasis, la pasión y el deseo que sentía por Matt.
Matt seguía besándome.
Una pequeña lágrima calló desde el rabillo del ojo hacia las sienes y entonces, todo paró.
Se notó un tremendo vacío en el ambiente.
Matt me miraba.
- ¿Qué ha pasado?
- ...
Se alejó de mí rápidamente y con los ojos como platos.
- Me voy Helena.
- ¿Por qué?
- Te he dicho hace un momento que si veía que tocarte te producía desagrado, ni te rozaría... y ahora mismo no quiero mirarte.
- Pero...
- Te he hecho llorar, no sé cómo ni cuando ha sucedido... cierra la puerta cuando te vayas.
Cogió sus llaves y se oyó cerrar la puerta de la entrada suavemente.